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¿Cómo entender una obra de arte?

No importa de qué época sea, siempre que se piensa en el arte, se tiene en la mente la idea de algo supremo, hecho para los cultos y los expertos. En general se enaltece al arte y se tiende a generar una sobre intelectualización para entender una obra de arte.

Sin embargo, tengo la creencia de que no importan tus conocimientos de arte, ni tu carrera u ocupación, ni ninguna otra influencia en tu vida, toda persona puede “entender” cualquier tipo de arte… si tiene las ganas de hacerlo.

Quiero enfatizar esto último, pues el espectador no está obligado a reflexionar una obra de arte para entenderla, esa es sólo una elección. Y dependiendo del tipo de obra de arte la ausencia de una reflexión podrá ser positiva o negativa, pues existe arte que exige ser reflexionado. Eso sí, la existencia de una reflexión sobre la obra siempre será positiva.

Y antes que nada, quiero marcar una diferencia aquí entre reflexión y análisis. La primera consiste en pensar atenta y detenidamente sobre algo mientras que la segunda se trata de realizar un estudio detallado de los componentes de algo. Por esa razón en este artículo me enfoco en la reflexión del espectador y no en el trabajo analítico propio de un experto.

Las reglas para entender una Obra de Arte

Para que a una persona le sea posible entender toda obra de arte son dos las principales máximas, las reglas de oro:

  1. En primer lugar: “La obra de arte es la única protagonista”. El o la artista que hizo la obra es importante, claro, pues es quién ha puesto la información en el objeto artístico para que aporte el mensaje. Por otro lado, la corriente, estilo o lo que sea… también es importante, ya que las influencias previas junto con los sucesos artísticos que se dieron al hacer la obra, influenciaron la información que contiene. Pero el artista en la enorme mayoría de los casos no está ahí para explicarte su obra y por lo tanto es la obra lo que más importa.

De hecho, el artista hace su obra pensando en trasladar sus ideas al objeto artístico, haciéndolo así su embajador. De la misma forma que un filósofo escribe sus reflexiones para que otros más allá de su alcance puedan conocer sus ideas.

Por otro lado, la corriente artística es una generalidad que no aplica en exclusiva para un artista y menos para una solo obra de arte en específico, por lo que conocer en que consiste dicha corriente sólo aporta un trasfondo que no va a darnos las respuesta completa al enigma del significado, ni si quiera algo cercano.

  1. En segundo lugar y lo más importante de todo: “El espectador debe participar activamente en el entendimiento de la obra de arte”. Esto es, que debes utilizar tu reflexión para llegar a conclusiones si es que quieres realmente entender el mensaje.

No se te va a dar toda la información digerida, tú debes procesarla. Es como todo, si alguien te da su opinión sobre alguna idea, experiencia o suceso, será la opinión de esa persona no la tuya. Que mejor que pensar uno mismo y crearse uno mismo una reflexión sobre la cual sacar conclusiones.

Extras a esta segunda regla son las siguientes cosas:

  • “El espectador debe aceptar el encuentro con algo desconocido”: No todo el arte debe ser como tú piensas que debe ser. De hecho ahí radica la enorme cantidad de posibilidades creativas para el arte y los artistas y por tanto, todo está permitido. Por supuesto, no porque todo este permitido significa que todo funciona bien para trasmitir un mensaje por medio de la obra. Esto es otra situación a evaluar.

Debes desligarte de tus ideas tradicionales sobre el arte. El arte no es sólo pintura, ni escultura, ni fotografía, el arte se puede crear en diferentes formas y todas son válidas. Esto es esencial para poder disfrutar de cualquier obra de arte (aun cuando no la quieres reflexionar).

Y es un error frecuente que también involucra a personas dentro del área de las artes, pues estas ideas tradicionales parten de la noción incrustada de que el arte necesariamente va emparentado con una excelente ejecución de la técnica (sea técnica pictórica, escultórica, de grabado, etc.). Un ejemplo radical sería el de aquellos que dicen que no se puede hacer arte con la fotografía, y así, decir que una fotografía es artística sería erróneo y así también, hacer una pintura en base a una fotografía también es inválido como arte.

Para muchos parecerá absurdo que alguien crea lo anterior, pero así como esto suena ridículo igualmente es ridículo cuando no se cree que las obras de arte contemporáneo sean artísticas.

  • “El espectador debe reflexionar la obra de arte poniendo a un lado su juicio de gusto”: Una cosa es que la obra no me guste y otra muy diferente es que sí este ejerciendo correctamente su función de transmitir un mensaje. Es decir, algo nos puede gustar o no, pero ese hecho no le quita o suma al valor real que tiene.

De hecho una de las razones por las que comúnmente la gente al salir de una exposición dice que no le ha gustado, es porque realmente no entendieron nada. ¿Cómo van a entender si no hay reflexión? No pasa solo con las artes visuales: he escuchado a gente decir que no le ha gustado, por ejemplo, “2001: Odisea en el espacio”, y cuando se les pregunta por qué, contestan desganada y condescendientemente: “Pues, ni le entendí”. Más correcto sería que dijeran: “Pues, me dio flojera pensar”.

Sin embargo:

  • “Es posible disfrutar arte sin reflexionarlo”

Y aquí pasa algo curioso y paradójico, pues hay gente que sale de la exposición muy feliz y contenta diciendo: “¡Me gustó mucho!… Pero no le entendí, ¡jajaa!”. Y no está mal, y no porque no le hayan entendido son personas superficiales o tontas.

Pasa que en estos casos generalmente estamos tratando con obras de arte que no apelan directamente a la transmisión de una ideología, a los conocimientos o a la comprensión del espectador, sino que apelan a los sentidos o a las emociones.

Pero además:

  • “Hay arte que sin reflexión no se disfruta.”

No estoy diciendo que cuando reflexionas entonces le vas a agarrar el gusto a todo. ¡No!, cuando hay reflexión puedes emitir un mejor juicio de gusto y entonces decir: “No me gusto ‘2001: Odisea en el espacio’ porque creo que las ideas que muestra sobre las inteligencias artificiales son… bla, bla, bla”. Lo que sea.

Además, cuando hay ausencia de reflexión quizá resulte que puedes estarte perdiendo de algo que te va a gustar mucho. No lo vas a saber sino hasta que te tomes la molestia de reflexionar la obra.

Por supuesto hay que aceptar que hay arte para todos los gustos y no todo lo que veamos en una exposición le va a gustar a todos. El gusto es bueno y es algo personal, pero creo que no es correcto invalidar una obra de arte sólo porque no me gusta. Volviendo a los ejemplos de cine, decir que “Ben Hur” es una mala película sólo porque a mí me aburrió increíblemente no es un buen juicio. En cambio es mejor aceptar que en realidad los dramas históricos sin acción simplemente no me gustan, pero tengo la capacidad para evaluarlos y apreciarlos.

Consideraciones para comenzar una reflexión Sobre una Obra de Arte

Resulta que, el artista cuenta con una variedad de estrategias para poder crear su obra. La estrategia que escoja dependerá mucho de su estilo personal así como de sus ideologías. También, la estrategia escogida va en función del mensaje que quiera trasmitir, por eso el arte ya no está ligado a una técnica digna de un “maestro”:

Los artistas hoy crean primero pensando en su tema y luego buscando el mejor método para llevarlo a cabo.

Son tres las diferentes intenciones que el artista puede tener al momento de incrustar su mensaje en la obra de arte, estas diferentes intenciones se dirigen como objetivo final a diferentes áreas perceptuales del espectador, y son las siguientes:

  • Resignificar: Cuando el artista quiere resignificar algo es cuando dirige la acción hacia las percepciones intelectuales. Aquí la obra se dirige al conocimiento del espectador para modificar los modelos de conocimiento que tiene sobre un tema en específico.

Estas son las obras que exigen reflexión sí o sí para poder ser entendidas.

  • Expresar: Cuando el artista quiere expresar algo en el sentido de la manifestación de sus propios afectos, está dirigiendo su mensaje hacia los sentimientos del espectador. Se trata de la transmisión o empatía en la manifestación de los afectos. Aquí el sentido va desde la manera en que el artista entiende ese sentimiento que quiere expresar al espectador.

En este caso la reflexión no es necesaria, pero ejercerla puede ayudar a entender mejor de qué manera percibe el artista tal o cual sentimiento.

  • Estimular: Cuando el artista quiere estimular puede dirigir ese estimulo hacia las sensaciones, emociones o sentimientos del espectador. La búsqueda del artista consiste en la acttivación de los sentidos, emociones y sensasiones con metodologías que los pongan de manifiesto. La diferencia con la anterior en lo referente a los sentimientos, es que aquí el artista quiere hacer detonar un sentimiento desde ti y no desde la manera en que el artista lo entiende. Lo mismo con las emociones y las sensaciones.

Estas son las obras en las que la reflexión no es nada necesaria porque tus mecanismos psicológico-perceptuales ya están captando los estímulos que se te envían y tan solo con eso la obra ya alcanzó su objetivo. Pero hacer una reflexión de la obra y de lo que estas experienciando con ella siempre van a hacer mejor su entendimiento.

Así, pues, podemos encontrar, en lo general, y lo digo nuevamente, en lo general, las siguientes estrategias posibles:

  1. Crear experiencias sensoriales: Como el nombre ya lo indica se trata de dirigirse a los sentidos por medio de estimulos.
  2. Incrustar el significado en los materiales: La estrategia consiste en apelar a las nociones culturales que se han asociado con los materiales utilizados, pues la mente humana a todo lo carga con significados. Por ejemplo, el oro, que es un simple metal encontrado en la tierra, pero a lo largo de la historia es la humanidad la que le ha dado valor y siempre se le relaciona con el poder económico, el lujo y el estilo de vida prominente y acaudalada.
  3. Evocar emociones: Para cada emoción hay muchas obras de arte que buscan ya sea explicarte en que consiste esa emoción y hacer que la sientes o bien buscan que la vivas al experienciar la obra.
  4. Analizarse a sí mismo (el arte sobre el arte): Como todo, el arte y el artista puede querer reflexionar sobre su misma labor y algunas obras de arte tienen como tema al arte mismo, como funciona, sus consecuencias, sus límites, etc.
  5. Expansión de las posibilidades (de los métodos del arte): Aquí yacen aquellas ideas que rompen con aquello que ya conocemos, se trata de emplear métodos nuevos y desde ahí crear la obra para aportarle su mensaje con otros medios.

Preguntas básicas para poder comenzar un análisis de la obra:

  • ¿Qué es lo que estoy viendo? – Es lo más básico al realizar. Primero debo reconocer, identificar las cosas que integran la obra. ¿Es una pintura, es una escultura, una instalación? ¿Tiene textura, tiene relieve? ¿A qué se semeja?
  • ¿Cuáles son los materiales de los que está hecha? – ¿Es mármol o madera? ¿Es pintura de acuarela o de óleo? ¿Es mármol con pintura al óleo? ¿Está hecha de basura o de materiales industriales? ¿Qué significaciones tienen los materiales de los que está hecha?
  • ¿Qué estoy experienciando? – ¿Un sentimiento, una emoción, una sensación? ¿Por qué estoy experienciando eso?
  • ¿Puedo interactuar con esta obra? – ¿O solo puedo observarla? ¿Esa interacción como funciona, de qué manera me hace interactuar?
  • ¿Qué está diciéndome esto sobre otros tipos de arte? – ¿Hace referencia a un arte del pasado? ¿Crítica el arte del presente? ¿Se burla de sí mismo?

Cabe agregar que una de las guías más certeras para entender una obra es el título que tiene esta. Pero debemos fijarnos en el motivo mismo del título, pues puede utilizarse de diferentes maneras:

  • Alegórica: “El día de los dioses” Paul Gauguin. Ese uso deja más campo al espectador para imaginar un trasfondo en la obra y poder reflexionarla.
  • De manera descriptiva: “Mujer en cuclillas” Auguste Rodin. Cuando el título sólo describe básicamente uno debe enfocarse en lo que ve. Además de que en ocasiones estos títulos no fueron puestos por el autor sino por los que ctalogaron la obra en un principio.
  • De manera técnica: “Cuatro sistemas rojos” Alexander Calder. Es muy particular este uso es obra de arte moderno y contemporáneo. El artista busca que el espectador se centre más en el concepto que gira en torno a la obra.

Conforme a lo mencionado al principio aquí desestimo ciertos factores analíticos como es la composición y la teoría del color entre otras cosas de especialistas para poder reflexionar la obra. Tales cosas no las considero indispensables para poder entender una obra.

También aclaro que al pasar por alto al autor, su contexto, así como el contexto histórico de las obras (entre más antiguas más marcado es este hecho), la primera intención de su mensaje se puede comenzar a diluir, pero creo firmemente que su esencia puede permanecer y que para poder acercar al arte al común de la gente se le debe permitir al espectador pensar por sí mismo siempre.

Con estas generalidades a considerar cualquier espectador puede entender cualquier tipo de arte. Es simple cuestión de práctica, de tener la intención de hacerlo y también de autoeducarse. Realmente mucho del arte no se entiende porque es un área que no se trabaja en la educación en lo general, pero con el interés de hacerlo, cualquier puede acceder al arte.

Deca Cast

Artista Visual

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